El cultivo del maíz avanza cada vez más hacia una gestión agronómica basada en la digitalización con el fin de aumentar la productividad y la sostenibilidad. De hecho, los agricultores están aprovechando todas aquellas herramientas que pertenecen a la Agricultura 4.0.
El interés es cada vez mayor (y no sólo por el maíz), al igual que las publicaciones científicas sobre el tema. Algunas de las tecnologías más apreciadas son la supervisión de cultivos con satélites y drones, los modelos de predicción de plagas y enfermedades, los mapas de tasa variable para la siembra y el mapeo de campos.
La solución de Agricolus para el maíz
Agricolus ofrece a los agricultores una solución específica para el cultivo inteligente del maíz: MAYSDSS.
¿Cuáles son las herramientas digitales que aportan valor añadido a la gestión agronómica?
Los diferentes índices de vegetación, como el vigor, la clorofila y el estrés hídrico, permiten el seguimiento de cada fase del ciclo de vida. Esta recopilación de datos es esencial para un cultivo tan exigente en términos de nutrición y agua como el maíz.
Los modelos de predicción de riego, fertilización y fenología son capaces de informar al usuario sobre las necesidades reales del cultivo teniendo en cuenta los parámetros ambientales del campo.
Los modelos relacionados con plagas y enfermedades ayudan a los agricultores a combatir adversidades como Ostrinia nubilialis, Helicoverpa armigera, Diabrotica virgifera y Agrotis ipsilon. La predicción del desarrollo de los distintos insectos en diferentes estadios (huevo, larva, pupa, adulto) adquiere importancia para vigilar y llevar a cabo las operaciones en el momento oportuno.
Otras funciones importantes son la exploración inteligente geolocalizada, la gestión de trampas automáticas, el registro de operaciones de cultivo y análisis del suelo, y la conexión con estaciones meteorológicas.
¿Qué hay en el futuro?
Agricolus participa en algunos proyectos centrados específicamente en el maíz (como el seguimiento y la predicción de micotoxinas), cuya solicitud procede de muchos productores y asociaciones; otros son proyectos de cultivos cruzados que utilizan diferentes tecnologías, como datos por satélite, para analizar la textura del suelo.
El resultado de estas investigaciones tendrá una gran repercusión también para la gestión agronómica del maíz.