La rotación de cultivos tiene orígenes muy antiguos: antes de la Edad Media la tierra ya se cultivaba cada dos años para permitir la acumulación de agua. En la Alta Edad Media, a partir del siglo VIII, comienza a extenderse la rotación de tres años, que prevé la sucesión de los cereales de otoño con una cosecha de verano seguida de un año de descanso..
La aplicación de la rotación de cultivos sigue siendo hoy en día una práctica extendida y fomentada por la política agrícola a nivel europeo.
Por qué aplicar la rotación de cultivos
Con el paso del tiempo, y la ampliación de la experiencia y los estudios sobre el tema, se han podido identificar los principios en los que basar las rotaciones, que difieren según la estrategia de la granja y las necesidades del agricultor.
Las principales ventajas agronómicas de esta técnica están íntimamente ligadas al aumento de la fertilidad física y química del suelo. Esto se obtiene gracias a la diferente conformación de los sistemas radiculares ya una diferente relación carbono/nitrógeno de los residuos de cosecha. Relación que tiene un impacto importante en el equilibrio húmico del suelo.
Además, la rotación reduce las alelopatías, el establecimiento de brotes de patógenos específicos del cultivo y el establecimiento de malas hierbas propias de un cultivo determinado.
Desde un punto de vista económico, la rotación requiere que la granja sea eficiente en el manejo de diferentes cultivos, lo que significa maquinaria, habilidades y diversificación de mercados.
Sin embargo, en el caso más frecuente en que la granja aplica una diversificación de cultivos en el mismo año, esto también determina una mejor organización del trabajo, más continuidad del flujo de efectivo y una reducción del riesgo ligado a las tendencias climáticas, específicas patógenos o mercado.
Desde un punto de vista ambiental, la rotación permite mantener una mayor variabilidad paisajística y ecológica, así como reducir la persistencia de perjuicios al ecosistema, como los brotes de parásitos.
Técnicas de rotación
Cada granja define su propio plan de rotación basado en aspectos agronómicos, ambientales y económicos.
La agronomía clásica distingue los cultivos en 2 tipos, que normalmente deben alternarse para aplicar una rotación efectiva:
- cultivos mejoradores: mejorar la fertilidad del suelo. Entre estos hay cultivos que mejoran su fertilidad física gracias a sistemas radiculares profundos y/o la necesidad de fertilización orgánica, como el maíz. Entre los mejoradores también están las leguminosas de ciclo corto, que fijan nitrógeno: algunas, como la soja, también son de renovación gracias a sus extensos sistemas radiculares.
- cultivos agotadores: dejan el suelo en peores condiciones físico-químicas de las que lo encontraron, ya que reducen la materia orgánica y los nutrientes presentes. Los cereales de otoño-invierno pertenecen a esta clase.
Además, se pueden tener en cuenta algunos consejos útiles para determinar qué cultivos rotar en una parcela.
Consejo N.1: calcular el balance húmico
Al alternar cultivos de mejora con cultivos de agotamiento, tratamos de evitar la reducción de materia orgánica en el tiempo y mantener la fertilidad física del suelo. Para cuantificar el efecto y así conocer la tendencia de la materia orgánica de tu suelo a lo largo del tiempo, puede ser útil calcular el balance de la materia orgánica de cada cultivo o su valoración cualitativa.
Consejo N.2: alternar plantas con diferentes sistemas de raíces
Al alternar cultivos de raíces profundas con cultivos de raíces superficiales, se explorarán diferentes capas del suelo. Como consecuencia, se mejorará la fertilidad física del suelo, evitando la formación de la suela de arado.
Consejo N.3: optimizar el tiempo
Es recomendable reducir los periodos en los que el campo tiene suelo desnudo, especialmente en zonas propensas a la erosión. Por este motivo, es importante planificar los ciclos de cultivo tratando de mantener una cobertura del suelo lo más continua posible.
Consejo N.4: alternar familias botánicas
Los fenómenos negativos descritos anteriormente, ligados a la monosucesión, también pueden ocurrir cuando se alternan cultivos de la misma familia botánica, o cuando se alternan cultivos muy diferentes entre sí, pero en los que pueden estar presentes también hospedadores del mismo patógeno polífago.
Por ello es importante alternar las familias botánicas y, en caso de que se produzcan ataques de parásitos, alternar cultivos resistentes y susceptibles.
La función «Plan de cultivos» en la plataforma Agricolus
Una de las necesidades de los agricultores es llevar un control y visualizar su plan de cultivo de forma concisa y rápida. La función «Plan de cultivos» de Agricolus permite:
- registrar y ver los cultivos sembrados en los diferentes campos a lo largo de los años
- planificar eficazmente los cultivos a sembrar en las siguientes temporadas